sábado, 27 de agosto de 2022

¿Cómo influye la concepción de trastorno mental en la práctica de la psicoterapia?

 


La enfermedad o trastorno mental es un fenómeno que se manifiesta a través de expresiones disfuncionales en las distintas áreas de la personalidad y en comportamientos que rompen con las expectativas de patrones culturales esperados. La alteración de la vida cotidiana de los “enfermos mentales” provocan estrés psicológico y afectaciones en el funcionamiento del individuo que los “padece”.

Representar socialmente el trastorno mental determina actitudes y comportamientos que se tienen en relación con el individuo que sufre. Desde estas representaciones sociales se han desarrollado diversos modelos para explicar y tratar los trastornos mentales; desde las representaciones precientíficas basadas en creencias en fuerzas sobre naturales, dioses y demonios, hasta las basadas en teorías científicas, entre las cuales tenemos: modelo médico, psicodinámico, conductual, fenomenológico, humanista, modelos cognitivos y del aprendizaje social y el modelo sociocultural, entre otros. 

En los profesionales de la salud mental, ser parte de determinado grupo social y tener historias de aprendizaje técnico científico de una tendencia teórica específica, determinan valores y creencias que suelen tener un impacto importante en el desarrollo del proceso psicoterapéutico del profesional que intenta “intervenir” el trastorno mental. A su vez, el sistema de valores ideológicos de las teorías psicológicas y las creencias del psicoterapeuta también tienen su impacto sobre el proceso de intervención.

Es menester considerar que la concepción de trastorno mental del profesional de salud influye en la forma que aplica los conocimientos de la psicología, por ende, influye el sistema de inteligibilidad de su acción psicoterapéutica. La representación social de trastorno mental influye en el rol profesional como tal, condiciona lo que significa para el profesional hacer psicoterapia (eliminar un síntoma, modificar patrones alterados de comportamientos, modificar cogniciones, reestructurar la personalidad, etc.), establece criterios del rol del paciente y de cómo producir el cambio, en general, determinará su postura científico-profesional ante el problema. De aquí que planteo como necesario que los profesionales de la salud mental reflexionen los saberes psicológicos desde una postura crítica, pues si el conocimiento científico se vuelve verdad, se convierte en dogma; y si es dogma, ya no es ciencia.

La sociedad nos obliga a ser feliz

La sociedad actual nos obliga a ser felices en todo momento, nos crea una presión a menudo irreal para mantener una fachada de felicidad con...