En la entrada de blog anterior referíamos que el problema de conducta es visto como una entidad, cuya diferencia con el trastorno de la conducta es que no es severa ni estable. Ahora nos referimos a niños con trastornos de conducta, que no se refiere a inadaptados sociales, que históricamente fue la forma de categorizar a niños con estos trastornos.
Para entender los trastornos de la conducta se debe analizar las causas que provocan el problema del niño con el medio social, así como debemos entender la influencia que ejerce la conducta desviada en su aprendizaje escolar.
La etapa más predisponente a los trastornos de conducta es la etapa escolar. En los escolares con trastornos de la conducta la esfera más afectada es el área emocional y la voluntad. Estar expuestos a tensión por su comportamiento no permite el desarrollo de cualidades positivas de la personalidad en desarrollo.
En el área de voluntad los niños con trastornos de conducta presentan deficiencias en las funciones de orientación y regulación de
la actividad, le predominan los
motivos más directamente relacionados con la satisfacción inmediata de las
necesidades sin analizar las consecuencias de su acción.
En el área afectiva estos escolares manifiestan necesidad de afecto, torpeza en la demanda del afecto y se entristecen, se frustran con facilidad. Es característico en ellos, la falta de modelos positivos que le permita el aprendizaje de las conductas correctas. Tienen pobre autocontrol que frenan considerablemente las posibilidades de independencia personal, así como se afecta el desarrollo de convicciones, ideales de la autovaloración y la autoconciencia.
Los escolares con trastornos de la conducta no tienen afectación en el área intelectual, pero presentan dificultad para aprender. En estos niños el déficit de atención por estados de tensión y las manifestaciones de ansiedad y angustia son considerables. Los síntomas de las afectaciones en el área emocional e intelectual se evidencian a través de la ansiedad, que muchas veces por el aumento de exigencia aumenta la falta de autorregulación en escolares.
En una próxima entrada reflexionaremos sobre la intervención en los trastornos y problemas de conducta.
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